¡BENDITA TÚ, MARIA!
Bendita Tú,
María
Contigo, renace de nuevo la
esperanza
por tu alegría interior y, porque tus
pies,
lejos de plegarse en sí
mismos
se pusieron en marcha más allá de las
montañas
¡Bendita Tú,
María!
S Dios te hizo grandes
favores,
no fue menos cierto que Tú le
brindaste
tu obediencia, para cumplir su
voluntad
tu sencillez, para no complicar sus
planes
tu silencio, para que hablase su inmenso
poder
tu bondad, para que se fijara sólo en
Ti.
¡Bendita Tú,
María!
Porque, si la Navidad asoma en el
horizonte
es porque, primero, tu “SI” sonó en
Nazaret
Si, los ángeles proclamarán la Gloria de
Dios,
es porque, Tú antes que
ellos,
publicaste que El había hecho obras grandes en
Ti
que su nombre era
santo.
¡Bendita Tú,
María!
Siempre estuviste más dispuesta a dar,
que a recibir
Al silencio, antes que a la
palabra
A la pobreza, huyendo de toda
apariencia
A la docilidad, sin amistad con la
dureza
¡Bendita Tú,
María!
Porque, tu nombre, tiene sabor a
Navidad
Tus caminos, son senderos hacia
Belén
Tu alegría, es preludio de lo que nos
espera
Tus brazos, cuna que mecerán al Niño
Dios
¡Bendita Tú,
María!
Porque sigues aportando ilusión a nuestro
mundo
Luz al sendero de nuestra
fe
Porque sigues siendo el gran portal donde Dios
nació
¡Bendita Tú,
María
Por salir a nuestro
encuentro
y llevarnos ante el rostro de Aquel que nace en
Belén
Por hacernos participes de tu
gozo
y recordarnos que, el servicio, es exigencia de la
fe.
Porque, ante los días de
Navidad,
nos invitas y nos
enseñas
a estar vigilantes y dispuestos a
acoger
a Aquel que viene, pequeño y humilde.
Amén.
Padre Javier Léoz
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