TÚ
TIENES PROMESAS VERDADERAS
¡Ven,
Señor, y no tardes demasiado!
Estamos
cansados de tantas promesas falsas
A
cada momento nos asaltan dudas,
incertidumbres,
fracasos, bofetadas,
traiciones,
desencuentros, engaños.
¡Ven,
Señor, no te demores!
Pensamos
haber atinado el futuro,
y
estamos inmersos en constantes fracasos.
Creemos
ser portadores de humanidad,
y
aniquilamos, una y otra vez,
inocentes
y víctimas de nuestro vivir opulento.
¡Ven,
Señor, no retrases tu llegada!
Porque,
entre otras cosas, sentimos que la tiniebla
se
impone con más rapidez que la misma luz,
que
los engaños se disparan a más velocidad
que
la verdad que pide y exige el hombre.
¡Ven,
Señor, y endereza nuestros caminos!
Haznos
buscar un desierto en el que hablarte
Un
desierto en el que encontrarte
Un
desierto en el que buscarte
Un
desierto en el cual poder escucharte.
¡Ven,
Señor, y allana nuestros senderos!
Rebaja
nuestro orgullo, para conquistarte con humildad
Alisa
nuestra dispersión, para quererte sólo a Ti
Pule
nuestro vivir, para que tengas más cabida en él.
¡Ven,
Señor, y no aplaces tu vuelta!
Entre
otras cosas, porque cada día que pasa,
sentimos
que el mundo está más herido de muerte
si
Tú le faltas por dentro
si
Tú no le envías tu esperanza y tu aliento
¡Ven,
Señor, y acelera tu llegada!
TÚ
TIENES PROMESAS VERDADERAS
¡Ven,
Señor, y no tardes demasiado!
Estamos
cansados de tantas promesas falsas
A
cada momento nos asaltan dudas,
incertidumbres,
fracasos, bofetadas,
traiciones,
desencuentros, engaños.
¡Ven,
Señor, no te demores!
Pensamos
haber atinado el futuro,
y
estamos inmersos en constantes fracasos.
Creemos
ser portadores de humanidad,
y
aniquilamos, una y otra vez,
inocentes
y víctimas de nuestro vivir opulento.
¡Ven,
Señor, no retrases tu llegada!
Porque,
entre otras cosas, sentimos que la tiniebla
se
impone con más rapidez que la misma luz,
que
los engaños se disparan a más velocidad
que
la verdad que pide y exige el hombre.
¡Ven,
Señor, y endereza nuestros caminos!
Haznos
buscar un desierto en el que hablarte
Un
desierto en el que encontrarte
Un
desierto en el que buscarte
Un
desierto en el cual poder escucharte.
¡Ven,
Señor, y allana nuestros senderos!
Rebaja
nuestro orgullo, para conquistarte con humildad
Alisa
nuestra dispersión, para quererte sólo a Ti
Pule
nuestro vivir, para que tengas más cabida en él.
¡Ven,
Señor, y no aplaces tu vuelta!
Entre
otras cosas, porque cada día que pasa,
sentimos
que el mundo está más herido de muerte
si
Tú le faltas por dentro
si
Tú no le envías tu esperanza y tu aliento
¡Ven,
Señor, y acelera tu llegada!
Padre
Javier Léoz
No hay comentarios:
Publicar un comentario